martes, 27 de enero de 2015

Estupidez

Una linda mujer salió a dar una caminata.
 Iba pasando por sector oscuro cuando escucha una ronca voz masculina que le dijo "no vaya tan rápido, mijita, que le puede pasar algo". La mujer miró hacia atrás para ver una gruesa silueta y, asustada, salió corriendo.
 -No mire hacia atrás, que le puede pasar algo peor -dijo el extraño.
 La mujer, aún más asustada, miró hacia atrás haciendo caso omiso al mensaje del tipo.
 Al extraño no le sorprendió que ella no viera el poste con el que se estrellaría para quedar inconsciente.
 <<Qué tipa más estúpida>> Pensó una vez pasó de largo el cuerpo lacio de la mujer. <<Siendo que le advertí que no anduviera tan rápido y que no mirara hacia atrás... ya no se puede uno preocupar por los demás sin que piensen otra cosa>>.

jueves, 10 de julio de 2014

 Dentro de un bar se encuentra un sujeto sentado en un rincón. Sorprendido, vio un viejo amigo al frente suyo.
 -¿Ahora qué?
 -Ellos...
 -¿Ellos qué?
 -Ellos nacieron para morir juntos.
 -¿Y?
 -Que se separaron.
 -¿Por qué?
 -Porque yo lo maté.
 -¿A quién?
 -A él.
 -Púdrete en la cárcel.
 -También te maté a ti hace años.
 El amigo desapareció y todo se fue a negro. Al día siguiente despertó con el peor dolor de cabeza que tuvo en su vida.
 <<Recordar hace mal>> pensó. <<Eso ya pasó hace mucho>>.

lunes, 7 de julio de 2014

Una victoria vacía

 Ya se había acabado todo. No quedaban más movimientos ni trucos. Era él solo contra el mundo real. Con su hermano enjaulado aún en un rincón oscuro de sí mismo, debió abrirse paso entre las mentiras y las verdades inciertas.
 <<¿Y ahora qué?>> se preguntó mirando a su alrededor. <<¿Qué hago ahora que gané?>> se dijo. <<Claro... sobrevivir...>> Pensó pusilánime antes de marcharse a buscar un nuevo motivo para vivir

viernes, 21 de marzo de 2014

Tras la victoria de la razón

 -Hola.
 -Vaya. Alguien se dignó al fin a hablarme.
 -No debería estar haciéndolo.
 -Así que viniste porque te llamé, ¿Eh?
 -Así es. ¿Qué quieres?
 -Quiero hablar contigo.
 -No tenemos nada de que hablar.
 -Entonces rectifico: tengo algo que decirte.
 -¿Qué sería eso?
 -¡Apenas salga de aquí voy a acabar contigo!
 -¿Para eso me llamaste?
 -¡Ven aquí para que pueda exterminarte!
 -No oses tocarme, bestia.
 -Voy a acabar contigo. Algún día...
 -Nuestra guerra acabó hace mucho. Yo gané.
 -¡Aún estoy vivo!
 -Pero sólo porque tú eres tan inmortal como yo.
 -Nos necesitamos para vivir.
 -No. Yo no te necesito. Puedo vivir sin tu influencia.
 -No. No puedes.
 -Mis ideas nos mantienen vivos y sanos, pero las tuyas solo nos destruyen.
 -A veces la única razón que hay que obedecer es la que el Corazón te da.
 -Para terminar con depresión.
 -Podríamos llegar a la felicidad total.
 -No la necesito, así que adiós.
 -¡No me dejes aquí, bastardo! ¡Aún no hemos terminado de hablar!
 -Ni una palabra más, Corazón.

sábado, 15 de marzo de 2014

El paciente imbécil

 Pasa un hombre a la consulta de un médico.
 -Buenos días, señor. Usted dice que necesita dormir más. ¿Le molesta mucho el no dormir lo suficiente?
 -Ciertamente, no me molesta en lo absoluto el no poder dormir.
 -¿Y no se siente fatigado?
 -Para nada.
 -¿Cuántas horas duerme al día?
 -Cuatro o cinco.
 -¿En  serio no le molesta?
 -No.
 -Yo lo veo muy avejentado.
 -Eso es por otra cosa.
 -¿Por qué sería?
 -Por las cosas horribles que me dicen unas voces extrañas dentro de mi cabeza cuando estoy despierto.
 El doctor, pensando que el tipo era realmente un imbécil, le dijo que había ido al lugar equivocado. Lo derivó a psiquiatría con controles periódicos de un psicólogo y lo mandó a su casa.
 <<Y pensar que una persona con un problema que yo sí hubiera podido solucionar podría haber tenido esta hora...>> se dijo malhumorado el doctor.

jueves, 13 de marzo de 2014

El soñador

 Estaba cierta vez un tipo en su casa tratando de dormir.
 Quería soñar que estaba soñando. No sabía el por qué.
 En eso despierta.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Impulso

 Un joven pasa por una fuerte crisis existencial, así que decide hablar consigo mismo.
 -Hola, yo, ¿cómo estamos el día de hoy?
 -Bien. ¿Qué necesitas?
 -Mira: lo que pasa es que hace tiempo que siento que ya no me das ese impulso para hacer las cosas como antes.
 -No lo sé. Los intereses cambian, los ánimos cambian, las personas cambian...
 -¿Y no vas a ayudarme?
 -¿Por qué debería hacerlo?
 -Porque de lo contrario, perdemos los dos.
 -Yo impongo mi voluntad, querido Yo.
 -¡Entonces deja de cambiarla cada cinco minutos! -Dijo para cerrar el monólogo.